El heliocentrismo (del griego: ἥλιος-helios «Sol» y κέντρον-kentron «centro») es un
modelo astronómico según el cual la Tierra los planetas se mueven
alrededor de un Sol relativamente estacionario y que está
en el centro del Universo.
Históricamente, el heliocentrismo se oponía al geocentrismo, que colocaba en el
centro a la Tierra. La idea de que la Tierra gira alrededor del Sol fue
propuesta desde el siglo III a.C. por Aristarco
de Samos aunque no recibió apoyo
de otros astrónomos de la antigüedad.
No fue
sino hasta el siglo XVI, durante el Renacimiento,
cuando un modelo matemático completamente predictivo de un sistema
heliocéntrico fue presentado por el matemático, astrónomo y clérigo católico
polaco Nicolás Copérnico, con la
publicación póstuma en 1543 del libro De Revolutionibus Orbium Coelestium.
Esto marcó el inicio de lo que se conoce en Historia
de la ciencia como «revolución
copernicana». En el siglo siguiente, Johannes
Kepler extendió este modelo para
incluir órbitas elípticas. Su trabajo se apoyó en observaciones hechas con un telescopio que fueron presentadas por Galileo Galilei.
Con las
observaciones de William Herschel, Bessel y otros, los astrónomos terminaron por
aceptar que el Sol no se encuentra en el centro del universo; en la década de 1920, Edwin Hubble demostró que formaba parte de un
complejo aún mucho mayor: la galaxia (la Vía Láctea), y que esta era tan solo
una entre miles de millones de galaxias más.
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