Carlos del Pozo y Sucre es probablemente el primer
inventor destacado que tuvo Venezuela. Alexander von Humboldt menciona un
encuentro con este hombre en 1800:
Encontramos en Calabozo, en el corazón de los
llanos, una máquina eléctrica de grandes discos, electróforos, baterías,
electrómeros, un material casi tan completo como el que poseen nuestros físicos
en Europa. No habían sido comprados en los Estados Unidos todos estos objetos;
eran la obra de un hombre que nunca había visto instrumento alguno, que a nadie
podía consultar, que no conocía los fenómenos de la electricidad más que por la
lectura del Tratado de Sigaud de Lafond (Joseph Aignan Sigaud de Lafond) y de
las Memorias de Franklin (Benjamin Franklin). El Sr. Carlos del Pozo, que así
se llamaba aquel estimable e ingenioso sujeto, había comenzado a hacer máquinas
eléctricas de cilindro empleando grandes frascos de vidrio a los cuales había
cortado el cuello. Desde algunos años tan sólo pudo procurarse, por vía de
Filadelfia, platillos para construir una máquina de discos y obtener efectos
más considerables de la electricidad. Fácil es suponer cuántas dificultades
tuvo que vencer el Sr. Del Pozo desde que cayeron en sus manos las primeras
obras sobre la electricidad, cuando resolvió animosamente procurarse, por su
propia industria, todo lo que veía descrito en los libros. No había gozado
hasta entonces sino del asombro y admiración que sus experiencias producían en
personas carentes por completo de instrucción, que jamás se habían apartado de
la soledad de los llanos. Nuestra mansión en Calabozo le hizo experimentar una
satisfacción del todo nueva. Por supuesto que había de dar alguna importancia a
los votos de dos viajeros que podían comparar sus aparatos con los que se
construyen en Europa. Yo llevaba electrómeros de paja, de bolilla de saúco, y de
hojas de oro laminado, y asimismo una botellita de Leyden que podía cargarse
por frotamiento, según el método de Ingenhouss, la cual me servía para
experiencias fisiológicas. No pudo el Sr. Del Pozo contener su alegría al ver
por primera vez instrumentos no hechos por él y que parecían copia de los
suyos. Le mostramos también el efecto de metales heterogéneos sobre los nervios
de las ranas. Los nombres de Galvani y Volta no habían resonado en aquellas
vastas soledades.
Alejandro de Humboldt, Viaje a las Regiones
Equinocciales del Nuevo Continente.
En 1804 participó con el científico ibérico
Francisco Javier Balmis en la vacunación contra la viruela en Venezuela. Del
Pozo era un partidario del gobierno español y por esto no recibió apoyo del
nuevo gobierno patriota instaurado en 1811. Murió olvidado en 1814.
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